EDUCACIÓN Y LITERATURA

Siempre me he sentido cómoda escribiendo, pero, para esta tarea decidí retarme a mi misma a comunicar por medio de ilustraciones. ¿Por qué ilustraciones? las imágenes en la literatura celebran la subjetividad, las distintas formas de ver y percibir las formas, colores, trazos, el mundo. Mi objetivo al recurrir al cuento ilustrado es explorar medios de comunicación que no tengan nada que ver con el lenguaje. De hecho, en el título de este cuento no se utilizaron palabras, sino números y símbolos. Por medio de esto, quiero demostrar que hay otras formas de comunicar una idea, no solo el idioma que hablamos. Además, las imágenes y colores son universales, por lo tanto, no existirá una barrera idiomática con mi cuento. Cabe recalcar que este no es un cuento ilustrado común (con un inicio y fin), en realidad es un fanzine. El fanzine tiene un formato diferente donde el lector decide por dónde empezar, al igual que las "páginas" son unas más grandes que otras. De esta manera, el lector tiene una experiencia con el cuento, pues él decide e interactúa con este. Los colores también son importantes y decidí utilizar dos colores contrastantes (azul y naranja) para representar la sensación de la protagonista al ver que un color opuesto está invadiendo su mundo. Por último, mi objetivo con este cuento ilustrado es crear un experiencia sensorial en el lector, al igual que invitarlo participar del juego. 

Es difícil hablar de la trama del cuento 3+1 ya que, al ser un cuento ilustrado, como autora espero que los lectores den sus propias interpretaciones y encuentren la trama de acuerdo a sus experiencias previas. Sin embargo, si tuviera que decir la trama desde mi lugar como ilustradora, esta sería: la llegada de un nuevo integrante a la familia. La protagonista vive en un mundo azul donde se siente segura, acompañada y querida por su familia (padre, madre, abuelo y abuela). No obstante, llega el día inesperado en que sus padres le presentan a su nuevo hermano. ¿Qué hace la protagonista? Huye. ¿A dónde? a otro lugar seguro: la casa de sus abuelos. Sin embargo, el niño ya está ahí, dejando por todos los rincones de su mundo azul, una mancha naranja. Esto es abrumador para la protagonista ya que se da cuenta de que su forma individual de ver el mundo ya no es más lo que fue, ahora hay uno más. La atención de sus abuelos ya no será completa para ella, tendrá que compartir, tendrá que cambiar, tendrá que incluir en su vida a alguien nuevo, aún cuando su color sea opuesto a ella. ¿Por qué decidí representar esta trama? Irónicamente yo soy la última hija en mi familia, es decir, no he experimentado la llegada de un nuevo hermano/a a mi vida. De igual manera, al tener más de diez primos, la atención de mis abuelos era nula. Aún así, esta cuarentena he valorado mucho la hermandad y la familia. Este proceso no ha sido fácil, ya que es más sencillo encerrarnos en nuestro metro cuadrado, en nuestro color, en nuestra forma de ver el mundo. Sin embargo, no sabemos lo mucho que podemos aprender de los demás, aún si son opuestos a nosotros. Todo esto se ve representado en el rompecabezas en el cual se necesita de observación, paciencia, tiempo y, por supuesto, de la disponibilidad de las piezas completas, para poder ver la imagen completa.

En un cuento tan breve, es sorprendente que existan seis personajes diferentes. Este es un punto a favor para los cuentos ilustrados ya que no construí personajes individuales, sino colectivos (una familia extendida).

A continuación hago una lista de personajes:

• Hermana mayor

• Hermano menor

• Padre y madre (personaje colectivo)

• Abuelo y abuela (personaje colectivo)

El propósito de esta construcción de personajes colectivos es demostrar que la familia es interdependiente uno del otro, es decir, no se puede completar un rompecabezas si faltan piezas. En este cuento, el mundo de la protagonista estaba aislado pues ella pensaba en sí misma. Sin embargo, cuando llega su nuevo hermano, la perspectiva de la protagonista cambia. Además, existen símbolos en este cuento que, aunque no son personajes, tienen un rol relevante que acompaña a los personajes. Este símbolo es la casa debido a que demuestra cómo el concepto de hogar cambia para la protagonista. 

Elegí estos personajes porque quería variar en edades y géneros. Al construir una protagonista femenina, mi objetivo fue romper con el estereotipo de la bondad y abnegación femenina. Aquí, ella no quiere un nuevo hermano, quiere pensar en su mundo azul y, para abrirse a mundos nuevos, tendrá que pasar por un proceso de reflexión y aceptación, no de un rol impuesto. Por lo tanto, ella entiende que para armar el rompecabezas, la pieza naranja es importante porque no hay otra igual que pueda sustituirla. 

Al igual que la trama, me cuesta definir un tema en particular, ya que no quiero que mi influencia como autora limite la capacidad de los lectores de descubrir sus propios temas. Aún así, nuevamente, desde mi lugar como creadora, el tema o el propósito por el que ilustré este cuento es explorar cómo los cambios son oportunidades de aprendizaje, de mejora, de transformación. Lo que más me gusta de un cuento, un libro o una ilustración es ver una transformación del protagonista, ya sea de manera positiva o negativa. Esta transformación es parte de la vida pues todo el tiempo estamos cambiando y aprendiendo. En lo personal, en esta cuarentena considero que soy una nueva persona, con nuevos colores y experiencias. En un tiempo huía de algo que me desestabilizara, pero ahora son esos momentos, oportunidades de aprendizaje que atesoro. Lo mismo ocurre con la protagonista azul que por medio de un proceso que no es fácil, interactúa con el color anaranjado y, en la contraportada vemos que ella ahora tiene ambos colores. Esta asimiliación del otro que es distinto a nosotros es distinta para cada personaje. Por ejemplo, para los padres y abuelos fue sencillo ya que a su edad han conocido a muchas personas y un nieto o un hijo es una extensión de si mismos que les produce felicidad. No obstante, para la protagonista entender esto no es sencillo pues su mundo no admite colores contrapuestos. Aún así, este aprendizaje la llevará a transformar su forma de ver el mundo, ya no tan individual, sino colectivo.